¿QUÉ ES EL SÉSAMO?
Antes de todo empecemos por saber qué es el sésamo. El sésamo es una planta procedente de Asia, África y la India. Sus semillas se conocen bajo el nombre de ajonjolí y se trata de unas semillas oleaginosas que se han utilizado en la cocina desde hace siglos, sobre todo en EEUU y la India. El ajonjolí es considerado uno de los cultivos más antiguos de la humanidad y dependiendo de su zona de crecimiento, el sésamo puede ser de color negro, amarillo o incluso rojizo.
PROPIEDADES DEL SÉSAMO Y CÓMO AYUDAN A LA BELLEZA
Entre sus principales propiedades nutricionales podemos encontrar ácidos grasos esenciales, ácidos oleicos como omega 6 y omega 3, altos niveles de lecitina, fibra, calcio e incluso vitaminas esenciales para nuestro día a día, como son las vitaminas B y E. Todo esto es vital para que nuestro cuerpo se encuentre sano y en forma consiguiendo una piel resplandeciente.
En cosmética se emplea en forma de aceite para nutrir y reparar nuestra piel proporcionando una belleza natural. Además es un bronceador natural capaz de filtrar la radiación UVB.
El aceite de sésamo en la cosmética tiene infinidad de usos, entre los que podemos destacar los siguientes:
1. Limpiador facial para retirar el maquillaje. Aplicamos unas gotitas sobre un disco de algodón y lo distribuimos por todo el rostro exceptuando los ojos. Después aclaramos con agua fría y ya podemos aplicar nuestro hidratante de noche.
2. Mezclado con aceite de almendras: creamos así una mascarilla que se puede emplear para realizar un masaje facial una vez a la semana para nutrir de forma intensa nuestro rostro. Debido a sus propiedades no es aconsejable usar esta mascarilla en pieles grasas, ya que puede resultar demasiado cargante al rostro.
3. Como exfoliante facial y corporal: machacando dos almendras crudas y una cucharada de aceite de sésamo. Ideal para pieles secas o normales. Seguidamente usar una hidratante acorde con nuestro tipo de piel.
4. Hidratar cualquier parte del cuerpo que tenga sequedad o tirantez. En esta época estival va estupendamente para los pies secos así como en los codos. Dedícate un tiempo a ti misma y date un masaje con el aceite de sésamo para reparar esas partes dañadas a las que no solemos prestar mucha atención.
5. Aceite capilar: Ahora que se han puesto tan de moda los aceites para el pelo, el aceite de sésamo cumple esta función perfectamente. Sólo tienes que aplicar un par de gotas en tus manos, frotar y extender por tu pelo ya seco. Es ideal para esos pelos rebeldes que no conseguimos peinar y para dar un plus de brillo. Además es el producto perfecto si queremos nutrir nuestra melena tras el regreso de las vacaciones en el mar y no engrasarlo de mala manera. Para ello debemos aplicar el aceite con el pelo húmedo, como si de una mascarilla se tratara, sólo que sin aclarar el cabello.
6. Como aceite de masaje: ya sea sola o acompañada, un masaje es algo necesario para desestresarnos de nuestra vida diaria y darnos un capricho. Podemos acompañarlo con otros aceites de masaje y disfrutar de su textura oleosa por nuestra espalda. ¿Tienes las piernas cansadas? Un pequeño masaje antes de irte a la cama y notaras tus piernas más descansadas y ligeras por la mañana.
La medicina ayurvedica utiliza muchísimo este aceite, por que calienta, nutre el organismo y tranquiliza el sistema nervioso. Una forma típica de usarlo según el ayurveda es calentarlo hasta unos 40º y dar un masaje por todo el cuerpo, desde los pies a las orejas, incluso en el pelo si se quiere. Se deja penetrar durante 10 minutos y después se da una ducha. La piel queda perfecta y los beneficios sobre la salud son increíbles.
Para los pies fríos. Masajear un par de minutos al día los pies con unas gotas de aceite de sésamo ayuda a tenerlos calientes. Si se hace antes de acostarse, ayuda a combatir el insomnio.
Ideal para las grietas en manos y pies, sobre todo las causadas por el frío.
¿SABIAS QUE EL ACEITE DE SÉSAMO…?
Aquella frase de “Ábrete sésamo” del cuento de “Alibabá y los 40 ladrones” más que una contraseña secreta para que se abra la entrada de la cueva estaría relacionada con las propiedades del sésamo para fortalecer el sistema nervioso.
Así, el sentido de la frase sería que se abriese la semilla de sésamo para que, fortaleciendo mi mente, mi intuición fuera capaz de encontrar la entrada oculta de la cueva.