El aceite esencial de árbol de té es uno de los aceites esenciales más versátiles que existen. Sus casi inagotables aplicaciones van más allá de las relacionadas con la salud y el bienestar personal. Es un auténtico todoterreno, un imprescindible a tener siempre a mano en el botiquín y en el neceser de viaje ya que nos puede sacar de más de un apuro.
Su nombre puede llevar a confusión, pero en realidad el aceite de árbol de “té” no tiene nada que ver con la planta de la que se obtiene la popular infusión. Este aceite se extrae de las hojas de un pequeño árbol australiano (Melaleuca Alternifolia). El nombre de árbol de té se lo dio el capitán inglés James Cook hacia 1770 al observar que los aborígenes de la zona preparaban una infusión con sus hojas machacadas con la que aliviaban la tos y la garganta dolorida, además de aplicarlas en forma de cataplasma para curar heridas, picaduras de insectos, infecciones cutáneas y quemaduras.
23 USOS DEL ACEITE ESENCIAL DE ÁRBOL DE TÉ
Algunas precauciones a tener en cuenta: El aceite de árbol de té sólo debe ser utilizado por vía tópica, no debe ser ingerido ni entrar en contacto con los ojos. Es tóxico si lo ingieren los animales domésticos. Tampoco debe ser utilizado por mujeres embarazadas o en periodo de lactancia. En caso de piel sensible usar siempre diluido en un aceite base.